Rafa estaba desencantado con todo lo que acontecía a su alrededor. Su
abuelita acababa de fallecer. Y el mes pasado murió la madre de su mejor amigo.
Su tío, un día que iba en moto, resbaló en un charco de aceite y también
falleció. Se estaba dando cuenta de que la vida no era tan hermosa como decía
la gente mayor. Los seres queridos se marchaban y dejabas de verlos. Si, al
cielo. Pero el cielo está muy lejos...y a veces...Rafa gritaba a su abuelita o
a su tío y parecían no oírlo, y él quería que lo escucharan. Quería decirles a
todos que los seguía queriendo y que los echaba de menos a todos, que los
necesitaba, a cada cual en su sitio. La abuelita para que lo fuera a
buscar al colegio, y que los dos juntos...a modo de pillería...comieran de
nuevo otras vez nubes y gominolas. Era el secreto de los dos. Se sentaban en el
jardín, y la abuela sacaba una bolsita de donde aparecían nubes y gominolas de
diferentes colores y formas, todas atractivas y apetecibles. Metían los dos la
mano en la bolsa a ver quién cogía antes la más llamativa y más rica. Abuelita!
¿Por qué no me respondes cuándo te hablo por las noches? A Rafa le daba miedo,
que la abuela al llegar al cielo, se encontrara con muchos de sus amigos y su
tío, y se olvidara de él. Corrían las lágrimas por su mejilla cada vez que
pensaba que se habían olvidado de él.
Y pensó que tenía que hacer algo. Y pensó que como la vida da
sorpresas...él le iba a dar una sorpresa a todos sus amigos y familiares
fallecidos y les iba a mandar un email.¡¡ Eso sí que tenían que leerlo!!¡Era
imposible que en el cielo no tuvieran ordenadores!
Y por la noche, encendió el correo de su padre e intentó escribir una
carta dirigida a la abuelita, al tío Alex, a Carla, la mamá de Luis, a Paca, la
señora que vendía la fruta y a Dios.
"Querida familia y amigos: quiero que sepáis que os echo a todos
de menos y os extraño. Sé que este email lo leeréis, el cielo tiene que tener
ordenadores. Abuela, me gustaría que me volvieras a ir a buscar al cole e ir
juntos al jardín, pero papá y mamá me dicen que estás cuidando del tito y del
abuelo, que aunque ya hace mucho que se fue y yo no lo conocí quiero que le
mandes también un beso. Ahora creo que ya descubrí la forma de ponerme en
contacto con vosotros y poderos contar cuánto os quiero. Un beso para todos y
para el tito, y Carla, y Paca y el abuelo"
Envió su correo y apagó el ordenador. El email, nunca salió de la
bandeja de entrada. Pero esa noche, Rafa soñó que iba al cielo a visitar a sus
familiares. La abuela y el tito lo abrazaban y reían. Estaban muy contentos. También
se acercó Carla y le dio muchos besos para Luis, su amigo. Y doña Paca, la
vendedora de fruta estaba con su hija pequeña, muy contenta. Rafa estaba
asombrado de la paz y alegría que tenían todos. Cuándo se despertó, estaba
alegre y contento y no añoraba tanto a la abuela. Sabía que estaba bien y había
encontrado la forma de comunicarse con ella.
La infancia tiene sus propias
maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender
sustituirlas por las nuestras.
Simplemente genial...
ResponderEliminarGrartisimo leerte
ResponderEliminarCariños
Eres la mejor! Cada relato que leo me hace llorar, eso es bueno
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