Ricardo estaba tomando un café. Ese día no se encontraba
precisamente bien. Tenía el cuerpo medio revuelto, no sabía si por el frío o es
que se estaba cogiendo una gripe. Se subió el cuello del plumífero y agarro la
taza de café con fuerza. Por momentos parecía que se encontraba mejor, seguro
que estaba agarrando una gripe y listo. Encendió un pitillo y para ello le
pidió fuego a la pareja que tenía en la mesa de al lado. Volvió a sentarse y
notó un dolor inmenso en el pecho. Jadeó y tiró la taza de café. Vio como los
chicos de la mesa de al lado gritaban y la terraza se llenaba de gente. Le
sacaron el plumífero y alguien le dio un masaje cardíaco. -¿qué pasaba...le
estaba dando un infarto?- El dolor era inmenso y el revuelo que se había
montado en la terraza lo mismo. Oyó que alguien llamaba a una ambulancia. Creía
que era lo mejor que podían hacer con él ya que se estaba muriendo de frío y no
podía ni hablar. La gente se arremolinó a su alrededor y empezaron los
comentarios absurdos, que si era muy joven...que si estaba muy mal...que si la
ambulancia no iba a llegar a tiempo...y Ricardo pensaba - ¡jodidos que aún
estoy vivo!- pero las palabras no le salían. Siguió contemplando la escena con
los ojos muy abiertos y el frio metido en el cuerpo, deseando que la ambulancia
llegara cuanto antes, - no fuera a ser que toda esta panda de inútiles
tenga razón y me esté muriendo....- pensaba Ricardo.
Pronto llegó la ambulancia y separaron a
todo el mundo. Le hicieron masajes cardíacos y le metieron en vena varias
cosas. Estuvieron media hora con él mientras Ricardo seguía escuchando todo y
por ratos hasta sonreía, pensando que su vida tenía demasiado valor para
terminar ahí...en una terraza de una cafetería...Los sanitarios sabían lo que
hacían y seguramente lo mandarían rápidamente al hospital para darle algún
tratamiento o incluso operarlo ya que estaba escuchando que le había dado un
infarto fulminante. - Qué exagerados....fulminante y aún estoy aquí con
vida...ya pueden espabilar para que no sea fulminante como ellos dicen...-
pensaba Ricardo pero sin poder expresarse.
Lo metieron en la ambulancia y Ricardo
pensaba que ya pronto su problema se solucionaría. Pero no entendía porque no
le seguían haciendo cosas, parecía que lo estaban dando por muerto. Intentó
hablar pero no le salían las palabras....intentó mover las manos pero no pudo
moverlas... -.pero... ¿estaba vivo verdad?- pensaba >Ricardo con angustia.
Escuchó perfectamente la conversación del médico de la ambulancia con el
hospital.
- Hombre de aproximadamente 38 años. Le dio
un infarto. Hora de la muerte, 12,03.-
-¿Esto es una broma no?ñ Me llamo Ricardo,
tengo 37 años y estoy tan vivo como tú. Tengo mujer y dos hijas, y tenéis que
seguir luchando por mí, estoy vivoooooooooo - pero la voz de Ricardo no salía y
eso acrecentaba su angustia. Lo estaban dando por muerto y no lo estaba. ¿Qué
estaba pasando? ¿Qué se les estaba escapando? ¿Donde estaba su pulso para que
no se dieran cuenta de que estaba vivo y que estaba escuchado como querían
dejarlo morir?
La ambulancia llegó a su destino y sacaron
a Ricardo. Lo llevaron con la camilla, tapado, por todo el hospital. El quería
gritar y su voz parecía muerta.- Lo iban a llevar a la sala de autopsias. ¡Seguro!
¡Dios mío tengo que hacer algo...tienen que darse cuenta de que estoy vivo! -
Intento tirar de la sabana pero su cuerpo no respondía, intento aspirar
con su boca la misma sabana pero no tenía la suficiente fuerza. Quiso llorar de
rabia e impotencia, pero las lágrimas no le salían. Su miedo iba más allá de
las lágrimas. Estaba aterrado y quizás por eso no podía moverse. Tenía que
relajarse, tenía que intentarlo, tenía que gritarles que estaba vivo.
Entraron en una sala donde no se oía nada.
Pasaron la camilla y entre dos personas lo pusieron en otra camilla. La notaba
fría. -¡Dios mío, estoy en la sala de autopsias, me van a abrir como un muñeco!-
Alguien desde el otro lado comenzó a mantener una conversación con los
camilleros.
-Déjenlo ahí por favor. Por la tarde le
haremos la autopsia, ahora tengo otra -
Ricardo quiso gritar de nuevo, pero su voz
se negaba a salir. Alguien se acercó a él y le bajo la sabana, solo dejó la
cara al descubierto.
- Demasiado joven para morir. Nunca me
acostumbraré a mi trabajo... -
- Pero.... ¿que dices? no estoy muerto...acércate
por favor...escucha mi corazón...estoy vivooooo. Vuelve a comprobar todo....no
me dejes morir....estoy vivo. ¿Cuantas veces ocurrirá esto?.... A cuánta gente
la darán por muerta cuándo están vivos igual que yo....debo de
tranquilizarme...tengo una horas para poder hacer algún tipo de señal...para
que sepan que estoy vivo.- Ricardo intentaba girar los ojos...moverlos...seguía
en su intento de hablar o mover algo. De pronto, su mano que estaba en la
camilla cayó hacia el vacio. - "Ahoraaaa pensaba Ricardo, ahora se
dará cuenta, se dará cuenta de que sigo vivo por dios acércate, mírame, tócame....ven...”
Pero no pasó nada. El forense daba por hecho
que era un movimiento involuntario. ¿No dicen que los muertos en las primeras
horas se mueven? pero.....éllllllllll no estabaaaaa muertoooooo.Seguía en la
misma camilla fría y solo pensaba en su mujer y sus hijas. Mientras él estaba
allí...ellas estarían sufriendo. Quería patalear, quería gritar y llorar pero
su terror era inmenso. Llevaba allí ya varias horas y seguro que pronto le
tocaba a él.
De pronto, el forense se le acercó. Iba
vestido de verde...con un gorro....se puso un algodón en la nariz impregnado en
un liquido....
- Dios mío...me toca...me va a matarrrrrr-
El terror más puro se apoderó de él y una
lágrima comenzó a salir de su ojo. El forense, se acercó lentamente....lo miró incrédulo...lo
tocó...y acto seguido se oyó un grito
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Este hombre está
vivooooooo necesito un médico!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Se acerca la noche de San Juan....Cuando
era pequeña nos contaban historias de miedo a la luz de la fogata. Hoy...os las
cuento yo a vosotros. Os prometo...¡¡¡¡¡¡¡que nunca fueron tan de miedo como
esta!!!!! FELIZ NOCHE DE SAN JUANNNNNNNNNNNNNNNNNN, y...tener mucho
cuidado...llevar siempre un cascabel en la mano...agarrado....por si os pasa
algo así...darle cañaaaaaaaaaa!!!!!!:):):). Midala.
Comentario a lo gallego " que medo carallo!!!!"
ResponderEliminarHaberlas...haylas...eso dicen!!!!Cuidado que se acerca la noche mágica y.............todoooo puede pasar!!!recuerda el cascabel...:):):):)
EliminarExcelente relato, lleno de intriga!
ResponderEliminarJajajaja, que joia con el cascabel, jajajaja, vaya "miedo" me ha dao, me tronchoooo, jajajaja.
ResponderEliminarBesotesss!!!
!!Hola,Midala!
ResponderEliminarNena,un relato a lo stephen king.Que angustia pensar que estoy viva y me empiezan a cortar en pedacitos.Tuve el cascabel toda la noche de san juan en la mano,se me acercaron todos los gatos del barrio jajajajaja.
Muy buena la historia,me encantan cuando terminan bien.Muchisimos besitos,buen fin de semana,y gracias por visitarme,me dio alegria leerte.